viernes, 29 de diciembre de 2017

Soda Stereo: marca a fuego de una época de cambios.

El período abarcado entre 1976 y 1983 está signado por las consecuencias visibles a través del tiempo. La dictadura militar había devastado no solo la moral económica de la Nación, sino también la moral psíquica de nuestros individuos.


Así como desde finales de los 60´s hasta el 24 de marzo de 1976 la música había sido el sinónimo de la rebeldía de los más jóvenes, del 76 al 83 produjo una doctrina de la irreverencia.
Los años de oscuridad de la Argentina, encontraron en la música progresista y en unos cuantos músicos (exiliados incluso) la voz de su conciencia.
Con el desastre de Malvinas, la debacle de Galtieri y un proceso militar en decadencia, el 83 provoca un nuevo aire.
Desde los atriles irrumpe Raúl Alfonsín y con él la Democracia, el derecho a la libertad de elección y un viento de cambio. La gente necesitaba volver a creer. El pueblo quería volver a cantar.
Si bien Virus magnifica el cambio de estilo musical algunos años antes, fue la llegada de Soda Stereo la que provocó el símbolo de ese cambio. Inesperado, como un torbellino y con la sensación de nunca más Cerati, Zeta y Charly iniciaron un largo y sinuoso camino.
“Con Zeta estudiábamos juntos en la Universidad del Salvador y después llegó Charly que andaba persiguiendo a mi hermana. Pero se quedó tocando música con nosotros. Daba mejor de baterista que de cuñado” [1] se reía Gustavo Cerati.
Soda Stereo no solamente fue un sonido en el nuevo aire, sino que fue el cambio de rumbo hacia una nueva forma de hacer música. La expansión de las raíces de un rock & pop marcado por una sobredosis de TV que lentamente comenzó a llenar los pequeños bares en donde se presentaban.
Rompiendo con algunos mitos, la banda de Cerati compartía los escenarios con Sumo, Virus y Pappo entre otros. Y esto no refiere a un mero dato sino a la confluencia de sonidos que los oyentes podíamos encontrar por aquellos tiempos.
Cerati decía tiempo más tarde: "Ricardo (Mollo) es una persona muy importante y cercana en mi carrera. A comienzos de los 80, antes del segundo disco, con Soda sufrimos un robo tremendo después de un show en Ramos Mejía. Se llevaron el camión con todo: las empresas de sonido y luces quedaron al borde de la quiebra, no tenían nada y nosotros ni instrumentos. Los Sumo nos bancaron y fue Ricardo el que me prestó las guitarras y los equipos para grabar y salir a tocar. Casi nadie sabe eso. Nos hemos visto varias veces y siempre hubo aprecio y valoración mutua."
Sin embargo, los rumores y el público se encargaron de generar puertas afuera una inmensa cantidad de situaciones y declaraciones a fin de que todo fuera una guerra futbolera.
Sin embargo, dejando de lado esa cuota innecesaria de un sonido versus otro (la música es música) lo interesante pasa por el siguiente lugar: tratar ineluctablemente de entender que el nuevo sonido marcaba el inicio y la transición hacia una nueva era del rock.
El marketing y la forma de organizar un recital, mucho más profesional y recurriendo a grandes teatros, sienta el paradigma del rock. Latinoamérica se encontró con Soda Stereo y Soda Stereo encontró en Latinoamérica a un público muy especial.
De esta forma se expande la visión hacia nuevas bandas y, en contraste con la época oscura de la dictadura que influía en la necesidad de voces progresistas, comienzan a consolidar su éxito los Soda Stereo, grupo que vería nacer su primer disco de la mano de Federico Moura de Virus. Sin duda nos referimos a un giro importante. Este tipo de rock le cantaba mucho más al amor que a las causas sociales, pero sin duda su impronta era un sello que indefectiblemente la sociedad necesitaba para olvidar la desdicha de épocas nefastas”
Sin embargo, el rotundo cambio incitó progresivamente a acciones de diverso tipo. Entendido de esta forma, Soda Stereo le entregó a un pueblo en llamas la capacidad de volver a creer, de volver a cantar, de volver a soñar. No se trataba de una época para olvidar, sino de un tiempo de profesionalización del rock.
Cada masivo recital de la banda, fue una movilización inusual. “Dany Giménez explica: “Cerati era un tipo con glamour que pertenecía a otro estrato social. Con una banda tan grande y un ego tan grande. Pero soda fue una banda popular. 150.000 personas en la 9 de julio”. Así, da cuenta de que a pesar de su estilo y su origen, Cerati había logrado lo que muy pocos pudieron: La mancomunación de diversos polos sociales”.
En definitiva, eso es Soda Stereo. No solamente un cambio musical en la era del rock, sino un sueño, una esperanza y una forma de creer que a partir de la música, todo puede ser mejor.
Soda Stereo fue la expresión del pensamiento de miles de personas que necesitaban volver a sentir aquellas sensaciones. Era la compañía abstracta para un grito de realidad. Era la mirada de la Democracia que venía a proponer una nueva Argentina. Era la historia de unos pocos que se transformaron en la de unos cuantos. Soda Stereo era simplemente un grupo de pibes que un día se subieron a un escenario y nunca (por más que lo hayan cantado) hubieran creído llegar a ser del Jet set. Y eso es el síntoma suficiente de que en esta vida los sueños pueden hacerse realidad. 





[1] Gustavo Cerati. Hola Susana. Telefe. 

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